Hay una concepción fenomenológica del cuerpo en el diseño de los desfiles de moda que se expande en territorios ficticios. La naturaleza efímera de los desfiles es compensada con construcciones de sentido que introducen a mundos imaginados, poblados por personajes cuyas identidades contribuyen a significarlos a través de sus vestuarios y caracterizaciones. La captación impresiva y los valores de la presencia, así como la implicación cognitiva y emocional del espectador pueden abordarse desde la semiótica para comprender la fenomenología de la moda desde sus manifestaciones expositivas. En el diseño de moda el cuerpo interior y el cuerpo envoltura tienden a fusionar para narrar historias y desvelar secretos con isotopías cuyos elementos migran de un personaje a otro: es una presencia discursiva que se divide y se desplaza, atomizándose, multiplicándose y finalmente unificándose en la progresión del desfile. Comprender la pluralidad de objetos que conforman esta realidad nos lleva ante la primacía de lo real y del objeto propuesta por Maurizio Ferraris, Quentin Meillassoux, Markus Gabriel y Graham Harman. Es el punto de partida para definir las bases para considerar el cuerpo vestido significante y el mundo que se construye en torno a él en el desfile. El cuerpo se sitúa en la frontera que negocia lo interior y lo exterior y ofrece imágenes especulares: le corps morcélé de Lacan encuentra su unidad en la imagen del otro que se construye para la mirada de los demás mientras que el conjunto de los cuerpos-personajes de la colección encuentran su unidad en el diseño escenográfico del desfile. En el proceso ocurre una idealización del cuerpo como totalidad con autocontrol sobre sus significados y una expansión del mismo en el universo sugerido. La ponencia se propone observar y sistematizar la intención semiótica que determina el proceder generativo del desfile y analizar de manera particular el efecto constitutivo de lo extraño, desde la presencia de la heterogeneidad y su conectividad cultural: con este fin se analizarán los desfiles del diseñador peruano Edward Venero y su dinámica de renovación en la producción de la diferencia, expansión semántica y disolución de límites formales en la presentación de una colección de moda. Se trata de un diseño conceptual que opta por la teatralización lúdica de la cultura de la moda y por la hibridez, en el sentido propuesto por Homi K. Bhabha ( El lugar de la cultura, Buenos Aires, Manantial, 2002) en el marco de su teoría postcolonial de la cultura: la hibridez marca el pasaje intersticial que produce la identidad, como imagen cultural de uno mismo, a partir de la diferencia. En este enfoque, los desfiles de Edward Venero funcionan a manera de windowing y remiten al mundo hipertextual de la información global y local. Su diseño practica una apropiación intensiva de signos y recursos, regida por la interculturalidad y los posibles diálogos que pueden darse en su marco, integrando diferencias culturales en una especie de homenaje irónico a la constitución hipercultural del mundo actual, un mundo mosaico.