Un aspecto interesante de la condición compleja que caracteriza al momento contemporáneo del arte y sus instituciones, está dado por las reconfiguraciones del museo en el encuentro con las nuevas plataformas mediáticas (Fernández, 2018), sus prácticas sociales y la lógica transmedia (Jenkins, 2006; Scolari,2013). Si bien se podría pensar que el museo, institución nacida del impulso del moderno sistema de las Bellas Artes (Shiner, 2004) estaría marcado por una fecha de caducidad, su vigencia, jerarquía y centralidad, como parte del fenómeno artístico, sigue vigente. Tanto en términos de convocatoria -cada año miles de personas visitan los museos- como de dispositivo de legitimación institucional. Los museos han logrado sobrevivir a varias rupturas transformando, en grados diversos, ciertas prácticas y lógicas. Si antes prohibían tomar fotos pues ganaba la idea de la obra de arte como objeto único -régimen autográfico (Genette, 1997) hoy impulsan a hacerlo con las obras, subirlas a las redes y comentarlas. Otro aspecto es la configuración de diferentes perfiles de usuarios-públicos como parte del criterio curatorial. En tal sentido, el presente abordaje indaga sobre casos en los que el museo articula su lógica tradicional con el aspecto interactivo y transmedial de las narrativa transmedia, y en particular aquellas experiencias orientadas a público infantil. Esta investigación se enmarca en se enmarca en la investigación Disciplina, indisciplina e interdisciplina en las artes contemporáneas y en sus abordajes teóricos y analíticos, UNA, Argentina, 2018-2019.