El signo puede ser cualquier objeto, hecho o fenómeno que por relación natural o convencional representa a otro objeto o fenómeno. El signo podría indicar una evolución que está ocurriendo, algún cambio en el mundo actual, o que está apunto de ocurrir. La prospectiva estudia las causas que aceleran la evolución del mundo moderno, y se encarga de mostrar sus efectos técnicos, científicos, sociales o económicos. En otras palabras, la prospectiva recurre a signos que representan algún indicio de que un cambio está a punto de ocurrir. En tanto conjunto de tentativas sistemáticas para observar a largo plazo el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad, busca identificar las tecnologías emergentes que probablemente produzcan los mayores beneficios económicos y/o sociales. Ambas, la semiótica y la prospectiva en una ambición interpretativa hacen uso de signos en su naturaleza evolutiva para hablar de futuros posibles y lógicos. Las imágenes de futuro, como procesos de producción simbólica de los actores que ponen de manifiesto sueños, deseos y utopías, tienen una carga de significación externa: un discurso actual que está en representación de aquello a lo que se quiere llegar y aún no es, ese futuro deseado, posible, lógicamente probable. Esta visión hacia el futuro hace parte de una semiosis ilimitada, constante que está en continuo proceso de cambio, transformación e interpretación.