La ponencia se inscribe en la temática del proyecto Perspectivas diacrónicas en el estudio de estéticas audiovisuales contemporáneas (2018-2019 / IIEAC de la UNA. La transformación conceptual en torno a la figura del lector, desde el sujeto textual medianamente pasivo al activo -llegando, incluso, a adquirir una condición coautoral-, se manifestó inicialmente a partir de la emergencia del los relatos ergódicos (Aarseth, 1997) y antes, en torno a la poética de la obra abierta (Eco, 1967). En tanto que en el campo audiovisual dicha dimensión enunciativa encontró sus revisiones en al menos en tres momentos: 1) la emergencia de las narrativas modernas; 2) el desarrollo de los videojuegos y el netart y 3) la emergencia de las llamadas narrativas transmedia. En este último momento, la cuestión del paso de la figura del consumidor a la del prosumidor asociado a la modalidad transnarrativa (Jenkins, 2006; Scolari, 2013). y las plataformas mediáticas (Fernández, 2018) como rasgo de una época, introdujo problemas interesantes en el campo de la narración, ligados a las definiciones tradicionales y a las prácticas estéticas. En ese horizonte, insiste el problema del lugar y rol del espectador, los grados de interactividad, la dinámica lineal/no lineal, la relación entre significado y significacia, entre otros niveles que se analizan. Considerando que se trata de fenómenos que plantean la necesidad de repesar nuestras categorías, reordenar los criterios poniendo en juego los hilos que identifican tanto las continuidades como las transformaciones, desarrollamos la figura del ludonauta (Bejarano Petersen, 2015). Dos casos recientes funcionan de disparador y anclaje: el caso Bandersnatch -D. Slade, 2018, y La única manera, P. Nomdedeu 2019. Se sugiere, en las mesas de exposición, articular la ponencia con las de otros miembros del equipo de investigación (Camila Bejarano Petersen, Marina Locatelli, Carolina Rochi, Julián Tonelli).