Olga Nelly Estrada / Universidad Autónoma de Nuevo León, y Griselda Zárate / Universidad de Monterrey País: México La presente investigación se centra en visibilizar el discurso sufragista tanto desde una perspectiva de género como semiótica difundido en revistas femeninas publicadas entre 1890 y 1920, como por ejemplo, Violetas de Anáhuac y La Mujer Mexicana cuyo discurso pretendía propiciar y enriquecer la escasa y deficiente educación que se les proporcionaba a las mujeres y, con ello, también despertar la conciencia política para tener el derecho a la educación, al voto y a la ciudadanía (Lagarde, 2008). Este fenómeno cultural como texto semiótico incluye expresiones discursivas tales como: “las mujeres tienen derecho a la educación y no ser el segundo sexo”. Estas mujeres sufragistas y periodistas fueron señaladas como “libertinas” y “Peligrosas para el Estado” por sus textos y discurso (Castro y Terrazas, 2003). Sus acciones disidentes, sus palabras transgresoras hicieron eco en un país de discursos androcéntricos donde las mujeres se enfrentaron al sistema patriarcal a través de un incipiente feminismo que es fundamentalmente, un discurso que subvierte el papel de las mujeres y que transforma la relación históricamente dominante de los hombres para colocar a ambos sujetos en igualdad. Puede mencionarse, por ejemplo, la demanda por mayor pago salarial a las maestras a finales del siglo XIX (Zárate, 2018). Este fenómeno cultural, político y social no se hubiera dado sin la participación en colectivo de las mujeres (Estrada, 2012). Las combatientes de la palabra lograron captar la atención de la ciudadanía iniciando la trayectoria para reivindicar el derecho a disentir y resarcir las desigualdades de género a través de un discurso, en este caso sufragista, que marcó el nuevo rumbo para tener la ciudadanía y la construcción de un léxico feminista para combatir la subordinación, exclusión y visibilizar la violencia en la cual vivían sin garantías de protección. El análisis semiótico de este discurso sufragista se realiza por medio de un modelo operativo de (im)predecibilidad (Zárate y Zambrano, 2018), el cual toma como base los conceptos teóricos de Lotman de semiósfera, centro, frontera, así como punto de inflexión y explosión en los procesos continuos y discontinuos (2005; 2013).