Como en el célebre relato de Gabriel García Márquez, un vaticinio desencadenó la tragedia. Algo muy grave va a suceder en este pueblo, alertaron los policías ante las cámaras de televisión. Corría finales del año 2013, y Argentina estaba por ser sacudida por una seguidilla de “paros” policiales en distintas provincias. Comenzaron en Córdoba, donde se sucedieron saqueos, enfrentamientos armados y una crisis política entre el gobierno nacional y provincial. Apenas unos días después, el epicentro se trasladó a Tucumán, donde la policía provincial se acuarteló y se repitieron los saqueos y los enfrentamientos, pero esta vez a una escala mucho mayor, con decenas de muertos y heridos y la irrupción de decenas de miles de personas armadas, autoorganizadas en barricadas en todos los barrios de la ciudad de San Miguel de Tucumán y alrededores, lo que determinó el final de la huelga policial y dió lugar a una sucesión de puebladas y represiones. Paralelamente, Argentina conmemoraba por esos días los 30 años del “regreso de la democracia” con una fiesta en Plaza de Mayo. Los sucesos relatados son un breve resumen de la grave crisis social y política que vivió la provincia de Tucumán y que analizamos en este trabajo desde una perspectiva semiótica, integrando las múltiples expresiones culturales con las que se inscribió en la memoria colectiva (videos, grafitis, textos, películas, obras plásticas, canciones, anécdotas, etc.) La irrupción de lo imprevisible y la lógica de la previsibilidad son puestas en debate en el artículo que explora los alcances de la categoría lotmaniana de “explosión” (1992) para analizar semióticamente crisis y fenómenos sociales de amplio alcance. Choque de sistemas, desorganización, entropía, caos, son algunos de los temas que revisamos para entender la dinámica de este proceso y las marcas profundas que dejó en la cultura tucumana actual.