Hoy por hoy, existe un acentuado interés en la industria cultural y en la manera en el tema del narcotráfico es cada vez más recurrente en los productos que de allí emergen. El cine, la televisión, los libros, o la misma música, son tan sólo unos primeros ejemplos en donde podemos atestiguar la sobreproducción de narraciones que se enmarcan en la figura del narcotraficante y sus peripecias. Si bien esto no resulta un fenómeno nuevo, puesto que contamos con múltiples ejemplos de antaño del cómo el tráfico de estupefacientes ha sido llevado a la pantalla chica y grande, me es inquietante la manera en la que este fenómeno se ha expandido, consolidado y abarcado en varias plataformas de consumo cultural; el evidente protagonismo mediato que tienen y, por sobre todo, lo que estas narraciones están diciendo de las sociedad contemporáneas. Es difícil obviar una reflexión sobre lo que nos ofrece una serie de televisión como “breaking Bad” en cuanto a recreaciones de nuestra misma existencia colectiva e individual. La presencia de los narcóticos en las sociedades actuales nos ha puesto ante la necesidad del prefijo “narco” para nombrar muchas dinámicas de este fenómeno. La narconovela, la narcoserie, el narcolibro o el narcocorrido llevan bastante tiempo siendo noticia, no sólo porque el tema sigue funcionando en cualquier soporte que pise, sino que se ha expandido niveles increíbles. La recepción y percepción de estos productos culturales en las masas está ha desdibujado los límites dogmáticos de entenderles exclusivamente como fenómenos de la marginalidad, lo popular o lo ilegal. Es que lejos de apagarse, el interés por este tipo de contenidos se ha internacionalizado, accediendo a verdaderos trampolines globales como Netflix, la plataforma de contenidos streaming más popular. La narcoliteratura, por ejemplo, que pasó a convertirse ya en un subgénero en lugar de ser una moda pasajera, tiene todos los meses nuevos frutos. Ficciones, trabajos de investigación periodística, literatura testimonial que van más allá de lo imaginable, de lo probable y, a veces, de lo posible: los mitos dicen que tienen tanta plata como para someterse a cirugías feroces que les cambian el rostro, se dan los lujos más estrafalarios, las casas más grandes, se compran un zoológico si quieren y algunos son incluso pequeños dioses de sus barrios, donde “derraman” la riqueza en formas que van desde una casa a una pistola. Es por esto que la presente ponencia se planeta discutir, a la luz de la serie estadounidense "Breaking Bad", un modelo de análisis para series de televisión aplicado a los principios de la Narratología de la nueva ficción televisiva. Partiendo del supuesto del status narrativo de las series y de la validez de lo audiovisual como lenguaje, se abordan las categorías de la narratología como instancias narradoras, focalización, estructura dramática, temporalidad y así como el análisis del personaje con base en el viaje del héroe (Walter White) ajustado a la búsqueda de la metanoia del personaje, es decir, los cambios en sus hábitos durante el trazado del arco narrativo. Se proponen dos andamios para la comprensión de la estructura narrativa de esta serie en particular y en al contruccion del "narcotraficante" dando un especial interés en aquellos planos dramáticos que van construyendo la complejidad de los personajes y las representaciones ficcionales de modelos de vida contemporaneós en el sistema económico americano de nuestros días.