Hay trayectorias de colaboración entre sociología y semiótica que resultan especialmente fecundas y no siempre son visibles. Nos referimos a las que resultan de las intersecciones entre sus herramentales metodológicos. Desde las técnicas para el relevamiento y organización de los datos hasta los dispositivos analíticos que se ponen en juego, esta articulación de miradas permite dar a ver más dimensiones de los objetos/fenómenos investigados. Esta capacidad multiplicadora de los puntos de observación que emerge de esta colaboración habilita también políticas de la construcción del dato distintas, menos convencionales, que desafían las formas de hacer habituales y despliegan otras potencialidades. Desde la práctica de la investigación social aplicada, pueden describirse al menos tres trayectorias peculiares de intersección metodológica: 1. Refinamiento de indicadores para la medición cuantitativa. Presentaremos la experiencia de ajuste y calibración de los textos de preguntas cerradas y redacción de opciones de respuestas para favorecer dos características indispensables de un sistema de categorías para la medición: que las opciones den cuenta del recorrido de la variable que miden de manera exhaustiva y que sean excluyentes entre sí. 2. Clasificación y análisis de la dimensión textual de las prácticas. Exploraremos las formas en que la perspectiva semiótica enriquece la descripción de prácticas de la vida social. Tomaremos específicamente la descripción de las prácticas que constituyen las tareas y responsabilidades del cuidado de niños, niñas, adolescentes y personas ancianas. 3. Análisis semiótico de resultados de entrevistas focalizadas o en profundidad individuales o grupales realizadas con muestras diseñadas desde una perspectiva sociodemográfica. Las trayectorias de esta modalidad de colaboración pueden ser rastreadas en la investigación sobre fenómenos de consumo y comunicación en América Latina. Proponemos entonces revisar estas colaboraciones y ejemplificarlas, examinar sus potencialidades y facilitar su uso. Entendemos también que hay otros aspectos del oficio investigativo a los que estas colaboraciones favorecen: el recorte y reconocimiento de los propios posicionamientos frente a los objetos y fenómenos, la explicitación de una política del dato y el disfrute de la investigación como actividad creativa.