Esta ponencia se propone asumir el imperativo de pensar acerca de los procesos de producción de sentido e interpretación, generados por las nuevas tecnologías, haciendo foco en la figura del autor y su construcción como tal. Hasta ahora, los estudios sobre el impacto de estas transformaciones en el ámbito literario analizan, por un lado, las nuevas formas de hacer literatura, y por otro, sus correspondientes cambios en los modos de leer. Sin embargo, no se ha prestado demasiada atención al modo en que los autores se construyen como tales a través de las autopoéticas (Lucifora 2018), es decir, todos los textos (en sentido amplio) en los cuales se expresan sobre sus postulados estéticos, sus vidas, sus relaciones con la sociedad en general y con el campo artístico en particular etc. El autor en muchos aspectos es el mismo de siempre; aún se mantiene su necesidad de obtener o mantener un lugar en el campo cultural, su afirmación de un programa de escritura propio y la ilusión de controlar la recepción de su obra y de su propia figura. Pero estos objetivos exigen hoy en día la utilización de diversos medios (digitales o no), los cuales, a su vez, propician las operaciones de marketing que el mercado exige a los artistas. A esta pluralidad de medios aludimos con el término “transmedia” (Jenkins 2003), que si bien nace unido al ámbito narrativo, nos resulta sugerente no sólo por la intervención de diversos medios en la autofiguración, sino también porque esa operación se despliega, se expande al modo de un relato fragmentado (expansión narrativa), que va conformando una imagen total siempre cambiante. Por otra parte, si bien en este caso los fans, no producen nuevas derivaciones de las historias (como en las narrativas transmedia), sí participan de su desarrollo en cuanto que se expresan en torno a las intervenciones autorales y sus participaciones son muy tenidas en cuenta por el escritor para definir las estrategias de auto-representación (cultura participativa). Finalmente, como afirma Scolari (2015), el mismo texto genera diferentes interpretaciones en los distintos medios. Este postulado es aplicable también a las operaciones autorreferenciales de los artistas y, por eso, nos interesa observar cómo las condiciones de uso de cada medio (interfaces) producen un plus de sentido que, sin duda, hay que tener en cuenta. En definitiva, la revolución digital abre no sólo un nuevo modo de concebir la literatura en este siglo, sino también una nueva forma de entender la autoría como fenómeno cultural, a lo cual buscará aproximarse esta ponencia.