El objetivo del presente trabajo es abrir un campo fronterizo y de reflexión entre semiótica, políticas de las imágenes y estudios audiovisuales con el que sondear la dimensión indicial de la imagen en movimiento. Parte del análisis de ciertas experiencias artísticas y experimentales recientes, en las que se destacan las contaminaciones activas entre lenguaje del arte contemporáneo y lenguaje audiovisual. El trabajo estenopeico de Paolo Gioli (Film stenopeico. L’uomo senza macchina da presa, 1991; Natura Obscura, 2013) y las instalaciones de Albertina Carri que formaron parte de la exhibición Operación Fracaso y el sonido recobrado (Parque de la Memoria, 2015) devendrán el territorio sobre el que plantear una propuesta háptica para la indagación de la imagen audiovisual. Pasar de lo óptico a lo háptico implica sondear una dimensión particular de las imágenes, su textura y superficie significante, sus capas metonímicas (Verón, 1993). En este sentido lo háptico no se reduce tanto a la promesa táctil de la imagen, cuanto a la posibilidad que ésta habilita para la puesta en contacto de los cuerpos gracias a la porosidad de las superficies involucradas y a las estrategias de montaje. La insistencia sobre las superficies implica, además, pensar una relación material con las imágenes. Por medio de gestos de contacto físico con el mundo que invocan, las obras en estudio abandonan la idea de la imagen como representación para devenir fragmento del universo del que participa de manera activa en una conformación que pone en primer plano su dimensión política (Steyerl, 2014).