Es habitual caracterizar a las redes sociales en términos de “pseudopolítica”, frivolidad, narcisismo, violencia y orientación al espectáculo (Gallardo Paúls 2017), desde una concepción negativa de la discrepancia –esto es, desde una perspectiva lógico-racional de la argumentación, exclusivamente dialéctica y orientada al consenso. Esta comunicación, de corte cualitativo y exploratorio, e inscrita en una investigación más amplia sobre el discurso político en las redes sociales, por el contrario, abreva en los estudios sobre la argumentación cotidiana (Plantin 2012, Walton 2007) y concibe a Twitter, más que como sucedáneo actual del ágora griega –ese ideal desde el cual pareciera definirse (y reclamarse) el debate en un entorno virtual–, como reducto de la cotidianeidad del sujeto, que, asimismo, reúne a un “colectivo que piensa junto” (Steimberg 2013) e instaura no un diálogo, sino un “polílogo” (Amossy 2017). Así entendida, esta plataforma podría reactualizar, hoy, los rasgos atribuidos al panfleto (Angenot 1982): la lógica del “todo o nada”, que no reclama pruebas para ser eficaz y que, por ello, no siempre es entimemática, así como su carácter subversivo, crítico y apasionado, que, en un entorno de disenso, cristaliza identidades en pugna y facilita la convivencia (Amossy 2011). En ese marco, con presupuestos teórico-metodológicos del Análisis del Discurso francés y del Análisis del Discurso digital, y con aportes de otras disciplinas, nos proponemos analizar un corpus de alrededor de 500 tuits derivados de otros dos, escritos durante la víspera de la asunción del nuevo presidente mexicano: uno de Andrés Manuel López Obrador, el presidente entrante (quien, en un video, aparece departiendo plácidamente en su rancho junto al cantautor cubano Silvio Rodríguez), y otro de Enrique Peña Nieto, el presidente saliente (quien es fotografiado con Donald Trump y Justin Trudeau, en ocasión del G20, firmando el nuevo tratado comercial de México, Estados Unidos y Canadá). El análisis, que se detendrá también en aspectos multimodales relevantes, intentará develar los recursos al servicio de la articulación de voces discordantes en el hilo de tuits, cuya persistencia permite reconstruir tanto la figura del oponente como los tópicos que confieren sustancia argumentativa (y polémica) a tales enunciados. Las primeras aproximaciones sugieren, en consonancia con trabajos previos (Mazzuchino 2017 y 2018), que la confrontación de posturas no siempre es explícita ni violenta, sino que emerge de índices sutiles, así como del entrecruzamiento de la ironía, la sátira y la parodia, en conjunción con el humor, y que este, contra lo que suele afirmarse, no es una mera arma ofensiva, de descalificación del adversario, o un factor de cohesión grupal, sino una herramienta –a veces, carnavalesca (Bajtín 1987)– al servicio de la denuncia y del reclamo de un orden nuevo. Mesa propuesta: "Democracia y liderazgos políticos en Twitter" (integrantes sugeridos: Manuel Alcántara Pla, Laura Bonilla, Irene Gindin y Aniela Ventura)