En el marco de la investigación “Cartografías de las Investigaciones de Semiótica en Chile”, en la búsqueda de la matriz epistemológica y metodológica de la semiótica emergió la reiterada vinculación que los investigadores establecen entre semiótica y comunicación, específicamente, con la teoría de la comunicación. Las entrevistas a investigadores chilenos y sus lecturas fueron dando forma sobre estas discusiones (Craig, 2006; Donsbach, 2006; Vidales, 2009, 2010, 2011a, 2011b) que apuntan a desentrañar los ejes fundamentales y fundacionales de ambas. La investigación nace como una propuesta por re-examinar viejos debates a la luz de los marcos epistemológicos contemporáneos, desde donde es posible pensar propuestas de integración entre las disciplinas. En ese contexto, esta propuesta que inicialmente comienza Vidales (2010), postula a la semiótica como una base integrativa desde donde sea posible reconstruir genealógicamente el debate conceptual sobre la construcción teórica en los estudios de la comunicación y sobre los sistemas conceptuales en sus diferentes formas de operar en el mundo biológico y social. Para Carey (Vidales, 2011b) - un problema básico de los estudios de comunicación es que, al ser una experiencia cotidiana, se ocupa de lo más cercano, con el desafío de conceptualizar. Se suma a lo anterior que en el afán de dar respuesta a lo que Fuentes (2003) llama el “inmediatismo superficial” o “relativismo teórico” (Vidales, 2010), al no alejarse del presente inmediato, no se ha instalado la reflexión científica. De tal forma que, ante la urgencia por legitimar e institucionalizar la comunicación como un campo académico, olvidó hacerse cargo de la reflexión necesaria sobre sus principios constructivos, sobre las fuentes históricas y científicas que debía encontrar en su propia historia y su práctica de investigación, cuestión que ha derivado en serias consecuencias para su desarrollo. Por su parte, la semiótica transita con otros campos en más de una línea explicativa, de un modelo y de objetos de estudios. De hecho, esta convivencia permite que la semiótica incorpore elementos nuevos, de tal modo que debe elegir corrientes, autores y desechar otros, reconociendo distintas matrices conceptuales y epistémicas. El problema que nos ocupa es la relación que la semiótica establece con los estudios de comunicación. En un comienzo la semiótica fue vista como una Ciencia de la Comunicación construyendo un puente con aquellas disciplinas que trabajan con el objeto comunicación como lo haría la biología, la física, las matemáticas y la psicología (Vidales, 2010: 65). Los estudios de comunicación no extraen de la semiótica modelos, sino conceptos, separados por criterios epistémicos. Aún más, utilizan a la semiótica como un método capaz de reconocer la producción, recepción y circulación de significados en vista a la comprensión del sentido, por tanto, falta la fundamentación que puede ofrecer la semiótica. Por otro lado, resulta interesante reflexionar hasta qué punto es factible pensar que la semiótica puede ser una matriz epistemológica para el estudio de la comunicación desde la perspectiva de Peirce (2007) considerando que la semiótica para este autor no es solo un método de análisis, sino una forma de pensar científicamente.