Prosa mestiza. Configuraciones de la frontera en tres novelas argentinas contemporáneas.
Las escrituras del presente se caracterizan, siguiendo una afirmación de Josefina Ludmer, por borrar fronteras, divisiones “entre géneros literarios, entre literatura urbana y rural, nacional y cosmopolita, “literatura pura” y literatura social, y hasta la separación entre realidad y ficción” (2006: 29). Si bien un rasgo de excentricidad genérica y una política del desvío con respecto al canon occidental caracteriza el devenir de la literatura argentina durante el siglo XX –cuyo programático anuncio puede leerse en el célebre ensayo de Borges El escritor argentino y la tradición–, las literaturas contemporáneas, inscriptas en el heterogéneo campo de la imaginación pública, exacerban estas características estableciendo articulaciones múltiples con otras discursividades sociales, para producir efectos de sentidos a partir de reapropiaciones y desplazamientos de los límites determinados por el principio de autonomía que la modernidad le atribuyó al espacio literario. En esta tensión, las narrativas de literatura existen significando el murmullo de lo real (Hernaiz en Drucaroff, 2012), no a partir de un ejercicio representacional sino como una operación interpretativa que configura y se instala en el presente. Los modos de articulación que la literatura argentina contemporánea despliega en relación con la memoria cultural y los imaginarios sociales, implican una continua (re)configuración de las fronteras establecidas por el proyecto moderno y una relectura de las tradiciones literarias nacionales.
En términos semióticos, la noción de frontera excede el marco espacial y geográfico, constituyendo una categoría operativa que describe prácticas culturales diversas. Para Iuri Lotman (1996), la frontera es un espacio liminar que designa un rasgo constitutivo de cualquier mundo semiótico y se define como lugar de traducciones e interpretaciones de textualidades extranjeras a los lenguajes de una semiosfera en particular. La relevancia de la frontera reside en su propia existencia, en tanto manifiesta que ningún espacio semiótico puede definirse por sí mismo, sino a partir de una relación diferencial –que no obstante se sustenta en el reconocimiento– con otro mundo semiótico. Por otra parte, la frontera se constituye como un campo de mayor dinamismo cultural, marcado por procesos de traducción que compelen flujos de cambios permanentes. La irregularidad del espacio fronterizo instala en la semiosfera un rasgo de pluralidad y heterogeneidad que resalta la abigarrada trama semiótica de las prácticas culturales.
En este sentido, el presente trabajo, inscripto en el proyecto de investigación Prosa Mestiza. Configuraciones de la frontera en la literatura argentina contemporánea (Universidad Nacional de Misiones, Argentina), propone el análisis de un corpus de textos narrativos perteneciente a la literatura argentina contemporánea que tematizan y configuran territorios fronterizos enfatizando las condiciones de poliglotismo cultural (Lotman: 1996) y experiencias paradójicas (Camblong: 2014) que los definen. La propuesta pretende desplegar constelaciones analíticas que, desde el campo de la semiótica de la cultura, nos permitan contrastar las modalidades de configuración de la frontera en los mundos ficcionales deslindados en las novelas Chamamé (2007) de Leonardo Oyola, Bien de frontera (2015) de Oliverio Coelho y Cataratas (2015) de Hernán Vanoli. La ductilidad teórica de la categoría de frontera y la presencia, en la cultura contemporánea, de reconfiguraciones de las fronteras en establecidas por la Modernidad, nos permiten pensar el campo de la narrativa argentina contemporánea como un laborioso territorio de problematización y experimentación sobre la fronteridad, los límites y la marginalidad.
Pays:
Argentine
Thème et axes:
Sémiotiques des arts: styles et périodes
Sémiotique del’espace
Institution:
Universidad Nacional de Misiones (UNaM)
Mail:
difusus@gmail.com
Estado del abstract
Estado del abstract:
Accepted